Sucedió la tarde del 5 de noviembre de 2021, cuando el vuelo MAC437 procedente de Casablanca y con destino a Turquía, realizó un aterrizaje de emergencia en el aeropuerto de Palma de Mallorca. Un pasajero, Yassine Jaouhari (Marruecos, 1997), parecía estar al borde de un coma diabético; tenía 15 minutos de margen, o eso es lo que dijeron otros dos pasajeros que se identificaron como médicos: Guita Amrani y Chaimae Essabani. Entretanto, un tercer pasajero, que afirmaba ser amigo íntimo del enfermo, Yassine Boualouch, no se separaba de él.
Son las 17:28 horas y comienzan a notarse los nervios. El piloto de la aeronave, Andrea Barone, evalúa la mejor ruta para desviarse, siguiendo el Protocolo de Coordinación de Asistencias Médicas. Los aeropuertos más cercanos son los de Ibiza y Palma de Mallorca, a unos 20 minutos de distancia. Barone optará por este último.
Nada más aterrizar, el enfermo, junto a su amigo, es trasladado al hospital de Son Llàtzer (sin acompañamiento policial). A su llegada a hospital, los doctores se dan cuenta de que el paciente no presenta ninguna dolencia grave (será dado de alta un poco después de las nueve de la noche). Al tiempo, su amigo intenta escapar del hospital.
Mientras tanto, en el avión, parado en una pista lateral, aguardan en su interior los pasajeros. Poco a poco la tensión de la espera escala. Algunos pasajeros exigen poder salir a fumar. Las tiranteces entre la tripulación y algunos pasajeros se agudizan. Pasada una media hora o así, un grupo de jóvenes aprovecha la puerta abierta del avión y escapa a las pistas (el comandante del vuelo juró y perjuró en el juicio que la puerta no estaba abierta). Comienzan a correr. Sabían que no habría policía. La policía, sin embargo, no sabía que ellos lo sabían. El resultado: perplejidad, caos y cierre del aeropuerto (quedó paralizado durante tres horas y media).
La delegada del Gobierno de Baleares, Aina Calvo, dejó dicho, con muy buen tino, que se trató de «un fallo de nuestra capacidad imaginativa. Porque nadie había pensado nunca que eso se pudiera dar».
Acción coordinada
Al poco de que los inmigrantes se fugaran corriendo por las pistas del aeropuerto de Palma de Mallorca, apareció en un grupo de Facebook el siguiente mensaje: «A partir de hoy, Brooklyn es leyenda». En ese momento la policía todavía no lo sabía, y no habría de averiguarlo sino hasta algún tiempo después, pero ese grupo, Brooklyn, era el responsable de lo que, con el tiempo, quedó evidente (para la fiscalía) era una acción coordinada para entrar ilegalmente en el país. Entre el grupo de magrebíes implicados en el asalto aéreo (lo que se conoció como el primer caso de «patera aérea» en Europa; hubo otro caso en Barcelona el pasado mes de diciembre de 2022, en el aeropuerto del Prat) pronto se produjo la euforia y la sorpresa, no podían creer que hubieran pisado suelo español. Mandaban mensajes a sus familiares, a sus parejas, vía whatsapp, en tiempo real, contando la buena nueva.
Y lo mismo sucedía del lado de las autoridades españolas. No sabían qué sucedía; apenas atinaban a ver a gente corriendo por las pistas, sin saber qué tramaban, quiénes eran, cuáles eran sus propósitos. Alertadas las torres de control, la emergencia se traslada a los centros de operaciones de los aeródromos y se constituyen los comités de crisis y se decide suspender el tráfico aéreo hasta que se consiguiera garantizar que no había circulación incontrolada de personas en la pista. Al final, todo quedó en un gran susto, en una tentativa de entrada ilegal al país, pero el señalamiento del agujero de seguridad del Estado español que reveló esta acción coordinada fue mayúsculo. La fiscalía del caso, sabedora de la gravedad, quiso ser ejemplar: acusó a los 22 inmigrantes capturados vagando por la isla (encontraron también a uno de los inmigrantes en Francia, otro en Suiza y un tercero en Barcelona) de sedición de la Ley de Navegación Aérea y coacciones. A día de hoy se les ha retirado la condena por sedición, en virtud de la derogación de la ley promulgada por el Gobierno de Pedro Sánchez y aprobada en las Cortes en diciembre de 2022 y la acusación ha sustituido la pena de condena por la del delito de desórdenes públicos.
Del avión MAC437 de Air Arabia saltaron a las pistas del aeropuerto de Palma de Mallorca 25 inmigrantes ilegales, 22 han pasado 14 meses en prisión preventiva y están a la espera de juicio. Tres de ellos todavía no han sido localizados.
‘Thriller’ policial
Nos cuenta Adolfo Moreno, jefe de Guion del documental Operación Brooklyn, y de la productora CAPA España, productora del filme junto a Entrefronteras, que Lucía Muñoz y Sergio Rodrigo, directores de esta última productora y responsables de la cinta, especialistas en migraciones, vieron el mismo día de los hechos, al escuchar las noticias por la radio, que «había una gran historia que contar, por lo inédito y lo espectacular de esa huida a la carrera de un aeropuerto». De ahí, nacería el documental, «la oportunidad perfecta para profundizar en el drama migratorio, pero a través de una historia narrada como un thriller policial», dice Moreno.
Sobre la motivación para realizar un documental sobre esta historia, Adolfo Moreno afirma: «Creemos que, en el mundo, especialmente en África, son millones de jóvenes los que tienen el tema de cómo emigrar a Europa entre sus conversaciones cotidianas. Es algo que hay que transmitir en Europa pero que debe ser contado en primera persona, para entender las motivaciones profundas que llevan a tomar decisiones tan arriesgadas como subirse a una patera. Y Operación Brooklyn lo permite, porque hemos accedido a los teléfonos móviles de los ciudadanos marroquíes que salieron corriendo y ahí están las conversaciones con sus familias antes, durante y después del incidente. También, por ejemplo, hay una historia de amor de uno de los pasajeros con una chica española que creo que sirve para entender, en parte, esa pulsión, esa necesidad de llegar a arriesgarlo todo por intentar tener una vida mejor en España o en países de nuestro entorno».
Como cuenta Moreno, «a pesar de los titulares llamativos de los primeros días, la historia de estos inmigrantes aéreos quedó en el olvido». Así que sí, en su opinión, «Operación Brooklyn ha servido para contar su historia mediante periodismo riguroso. Se cuenta lo que hicieron en detalle, no más, pero tampoco menos. Documentamos y narramos los hechos. Nosotros no entramos en valorar, eso le corresponde al espectador. Lo que sí hemos podido lograr, pese al silencio administrativo de Instituciones Penitenciarias, es que la audiencia pueda escuchar en primera persona la versión de varios de los imputados. Es realmente emocionante escuchar cómo lo vivieron e invitamos a que todo el mundo lo vea».
Operación Brooklyn se estrenó mundialmente el martes 25 de julio en el Atlàntida Film Fest de Palma de Mallorca y se podrá ver próximamente en la plataforma de streaming pública RTVE Play.